jueves, 30 de abril de 2009

NOS ESTAMOS PONIENDO VIEJOS

El paso de los años, la ciudad, sus gentes, los buenos o malos lugares, recuerdos que atesora el corazón y una realidad de la cual todos somos protagonistas...

Esa mañana sonó en la radio la canción, Te amaré, te amo y te querré de Mari Trini y el “Capi” Romero (RCN) comentó algo al respecto, no lo escuché bien, pues apenas me estaba despertando.

Con el correr del día y viendo notas de actualidad por Internet, me enteré que la buena intérprete española había fallecido.

El noticiero del mediodía en la TV, reconfirmó la noticia.

Lo lamenté silenciosamente, pues sus canciones siempre estuvieron presentes en mi vida, sobre todo cuando en los buenos tiempos de la radio musical, en la cual trabajé durante muchos años, programaba ese y otros tantos éxitos que la cantante había plasmado en el acetato, pues así le decíamos a los discos L.P. en los 70, 80 y 90’s, antes de la masificación de los CD y DVD.


Pero también reflexioné un poco sobre nuestro transcurrir en el planeta azul y me di cuenta una vez más que los calendarios con sus días y noches no se detienen un instante y corren como liebre asustadiza siempre hacia adelante.

Hacía rato otro cantante que acompañó nuestros años adolescentes con canciones como Rosas a Sandra, Pequeña y frágil, Quizás si…quizás no, entre tantas otras, también había sido llamado por Dios a su presencia.
Su nombre, Sabú, originario de Argentina y lugar del punto final a su existencia, México, cuando no tendría más de 60 años.

Por igual hace un par de años nos sorprendió otra nota luctuosa desde España en la cual nos contaban que el intérprete de Otro ocupa mi lugar, Hoy tengo ganas de ti y Muchachita, para solo nombrar algunos de sus más encopetados éxitos, también se había marchado hasta el reino de Dios cuando, de igual forma, promediaba seis décadas de musical existencia.
Una callada y cruel enfermedad minó cuerpo y alma de Miguel Gallardo, así como también se llevó a las Rocío - La Dúrcal y La Jurado - que con sus canciones durante muchos años llenaron extensos momentos de varias generaciones y que hoy de alguna manera, según la situación que se viva o se proyecte, sus incontables seguidores las recuerdan.


Todo esto me hizo reflexionar en dos cosas, que la expectativa de vida de los cantantes favoritos de nuestra juventud, es apenas de 60 años y que inexorablemente, también nosotros, nos estamos poniendo viejos.
Y es cierto, pues al saludar a lejanos amigos o compañeros de estudio, hoy los veo con hilos de plata en sus cabellos, unas cuantas arrugas en sus rostros y miradas con síndrome de fatiga queriendo regresar a casa más temprano.
Algunos van acompañados con sus hijos ya mayores y otros tomados de la mano con su nietos.
Es cierto, nos estamos poniendo viejos.

Seguramente Sandro, ídolo cuando éramos niños, también pronto sucumbirá al asedio constante de la parca y otros protagonistas de candilejas y muchedumbres, por igual tomarán ese camino que no tiene regreso.
Es la vida, es el destino, pero lo cierto es que nos estamos poniendo viejos.
El otro día vi con cierto color de nostalgia algunas fotografías del Chavo, Jirafales, Doña Florinda, Quico y el Señor Barriga, que otro amigo me envió por internet para que me fijara como el acompasado paso de los almanaques, también se apoderó sin misericordia, de esos personajes que tanto nos hicieron reír en los 70 y 80’s.
Aún hoy lo hacen, pues infinidad de niños cansados de Pokemon, Power Rangers, Barney o Sportacus, también de alguna manera los disfrutan.

Ese día dije una vez más para mis adentros, caramba, nos estamos poniendo viejos.
Y es que todo eso, es apenas el compendio de algunas señales en la irremediable caminata hacia el horizonte lejano, que con cada salida o puesta de sol, nos suma o nos resta, según el grado de optimismo o pesimismo, con que quiera mirársele.

Pues si ya no resistimos parrandas hasta la madrugada, ni soportamos el volumen alto del equipo de sonido y nos interesan más las noticias económicas o políticas, que las de farándula o deportivas, es la confirmación efectiva, que si, nos estamos poniendo viejos.
Igual sucede con el frío que nos hace doler las rodillas, la comida que se ha vuelto más sana según el médico y la señora, que nos manden a recoger a los más chicos de la casa al jardín escolar o en compañía de la asesora doméstica al supermercado, a darle un par de vueltas por la cuadra a la mascota, asistir a misa sin que nos rueguen y hasta la hora de ir a la cama más temprano, son síntomas evidentes de eso que ya sabemos y que así lo he titulado.

Y aunque digan otros, como nuestros padres o abuelos, que vieja es la cédula o la fé bautismo y que la juventud se lleva en el alma, eso apenas en un tácito consuelo que se renueva un poco y nos alegra otro tanto, solo cuando vemos especiales en la tele, como ese programa de los martes en el canal español con artistas, canciones y muchas notas de aquellas décadas, cuando el pantalón corto, el peinado con brillantina Palmolive y la cartilla Coquito para los de primaria, eran elementos infaltables en su día a día.

Además cuando ya el médico familiar ordena con más frecuencia exámenes de colesterol y triglicéridos, nos formula más analgésicos, nos recomienda electrocardiograma, antígeno prostático en el caso de nosotros los hombres, endoscopia digestiva y en el peor de los casos una colonoscopia y nos dice en tono paternal que no nos preocupemos por la insistente caída del cabello, son otros indicadores que debemos agregar a esa ya larga lista que con remilgo se ha elaborado.

Que vainas, evocando conversaciones de hace 30 años con Carlos Pérez Ángel , el inolvidable Gerente de Caracol en Cúcuta, cuando seleccionábamos música para el programa Dominicales del Recuerdo por Radio Reloj con boleros de Ortiz Tirado, Toña La Negra, Agustín Lara, Fernando Albuerne o Los Panchos y nosotros jóvenes, con ganas de avanzar en el mundo de los medios, nos referíamos proyectando futuro, de cómo las canciones, actuales en ese momento, de Camilo Sesto, Roberto Carlos, Leonardo Favio, Leo Dan, Claudia o José Luis Rodríguez, serían idílicas y fieles compañeras cuando los años marcaran fechas ya distantes en nuestros anuarios y desde luego fueran las del recuerdo, reíamos y bromeábamos por tan absurdas comparaciones, pues eso estaba muy lejano, faltaban muchísimos años.

Pero el reloj, el calendario, las noches con sus días, los discos de vinilo y las parrandas de dos noches hasta el siguiente mediodía, no se detuvieron o se marcharon para siempre y nos dejaron todo un océano de serena melancolía.

Y las canciones de todos esos artistas, como las referidas al comienzo de Mari Trini, hoy hacen parte de ese incuestionable mundo, que buscamos con ansia y cariño en los anaqueles del recuerdo y que nos dice, que si, que es cierto, que nos estamos poniendo viejos.
Además y ya para concluir hice un lista de actividades y sitios referenciales de Cúcuta, que por igual nos conducen a pensar, que eso es irremediablemente así :

- Si rumbeó en la Discoteca El Paraíso, Las Cuatro Estaciones, El Tren o La Chicharra
- Si era de los que desayunaban de madrugada en El Padrino, Los Guaduales o Aquí me quedo en La peza.
- Si fue de los que llevó novias o amigas a cine en el Rosetal, Zulima, Cínera o el Avenida, cuando estaban nuevos.
- Si leyó el periódico godito de la ciudad, Diario de la Frontera, la revista Sabatina de Miguel García y el efímero diario Cosmos.
- Si compartió buenas cenas en El Portón Oriental y La Quinta.
- Sin conoció Maremoto, Terremoto, Sutextil y Distribuidora Bucaramanga.
- Si compró algún electrodoméstico en el Olímpico de Cúcuta o en Japolandia de San Antonio.
- Si aún recuerda donde quedaba la ferretería La Marina.
- Si realizó compras alguna vez en el auto-mercado el Sol.
- Si tomó la refrescante Castalia.
- Si tramitó la Libreta Militar en las oficinas del Distrito ubicadas en el Palacio Nacional o realizó alguna vuelta de Tránsito donde hoy queda el Oití o el certificado judicial en el DAS de la 17 y alguna denuncia en el F-2 donde ahora queda la Simón Bolívar.
- Si las escapadas de verdad eran al San Juan o al Reposo del Guerrero, o si por emergencia le tocó alguna vez en las Santafé.
- Si montó en Trans-urbanos, los buses de color naranja, e inclusive en los verdes TSS.
- Si escuchaba al ahora hermano, Alonso Fernández, en el Cantarín, disfrutaba Los fogonazos de Chucho Medina y le creía a la Antorcha Deportiva de Gilberto Maldonado, las narraciones de Garizabal Fuentes, las noticias de Arbeniz Petit y las variedades, consejos o denuncias del Profesor Wilches del Inem con su Almanaque Radial.
- Si estuvo en Animalandia con Pacheco en el destartalado General Santander.
- Si hizo cola el sábado y el domingo o llevó a sus hermanas menores a ver el grupo Menudo, cuando se presentó en el mismo estadio.
- Si se aprendió los pasos de Travolta y Olivia Newton John por las películas Saturday Night Fever y Grease, si tarareo los temas de los Bee Gees, si vivió con intensidad todos los éxitos de la gran época de la música Disco.

- Si tomó masato o kumis y compró revistas en Tres esquinas.
- Si se embriagó en El Palacio, El Cream Helado, El jarrón de Baviera o el Molino.
- Si gastó unos cuantos pesos o bolos en la Gran vergüenza de Cúcuta.
- Si se atrevió a ir al elegante Patio de Tango o disfrutó como nadie, descargando toda la energía, en el Grease Andino, El Jardín lunar o Las Muñecas.
- Si quiso ir al concierto de Julio Iglesias, que nunca llegó.
- Si curioseó en la construcción del puente elevado de la Cero con Libertadores.
- Si conoció y alardeó con el Bolívar a $17,oo
- Si tomó tinto y de pronto tertulió en La Araña de Oro de la 5ª.
- Si compró algunos buenos productos en el salón Blanco.
- Si conoció a Pedro Rubiano como Obispo de Cúcuta y fue a misa con el padre Atienza.
- Si disfrutó un delicioso helado en Sufi.
- Si estudió en la Corporación Educativa del Oriente o en La Libre de la avenida 4ª o en alguno de los colegios de la misma avenida.
- Si supo y se dio una vueltica por el Campamento Bolivariano donde iban a recibir miles de deportados.
- Si vio el desfile militar con motivo de los 250 años de Cúcuta.
- Si oyó a José Neira Rey narrando baloncesto por la Gran Colombia.
- Si conoció el Banco de la República en la esquina de la 5ª con 11.
- Si realizó alguna transacción en la Corporación Financiera de Oriente.
- Si comió pizza por metros en el restaurante Mario.
- Si se gozó las ferias del calzado de Ansicur.
- Si tuvo teléfono fijo con número de cuatro dígitos.
- Si leía Las Farandulerías de Rodolfo Ogliastri en La Opinión.
- Si conoció la Toto sin cubierta, el consulado de Venezuela en la avenida 5ª y Mara, Maracay y la botica Lázaro frente al Parque Santander.
- Si jugó o disfrutó buenos partidos de fútbol en la Cancha Coca Cola, donde hoy queda el Palacio de Justicia y conoció la fábrica de la famosa bebida, ahí no más, diagonal a la cancha donde ahora está el CTI.
- Si conoció la fábrica de Postobón e Hipinto en inmediaciones de Sevilla.
- Si sacó exámenes para carnet de salud donde el Dr. Florentino Castro y el Dr. Manuel Díaz, ahí frente al parque Nacional y el cartoncito para poder ingresar al mercado laboral lo tramitó en la Clínica de Leones.
- Si le compraron un juguete de última moda en la fábrica de Nacoral.
- Si cambió cheques de quincena en Bancolombia de la 5ª, cuando todos entraban en tumulto al abrir las puertas y luego, después de entregarlos para visar el valor- papel, lo llamaban de la caja a grito entero.
- Si percibió algo de modernismo cuando veín en las madrugadas, por la 11 o por la 10, las dos barredoras mecánicas adquiridas por las Empresas Municipales.
- Si visitó algún amigo enfermo en el San Juan de Dios o sacó el examen de pulmón en el Sanatorio Amelia.
- Si viajó a Bogotá y otras ciudades en los aviones de Aerotal.

- Si aprendió y jugó bowling en el Pink-13.
- Si firmó el memorial cuando la Aduana iba a decomisar los vehículos de matrícula venezolana propiedad de cucuteños y que luego se solucionó con el famoso cuento de la internación.
- Si alcanzó a almorzar con todas las de la ley en la Lunchería Cúcuta.
- Si lo último de Cúcuta al nor-oriente era Zulima y Guaimaral.
- Si fue a los sorteos de la Lotería de Cúcuta en el parque de Telecóm y a disfrutar el Show animado por Enrique Hernández, Francisco Uribe Z y el “mocho” Barreto.
- Si prefería Radio Caracas y Venevisión a los canales colombianos, a Popy en vez de Bebé, Amador Bendayan en lugar de Pacheco, José Sánchez Guillot por Erwin Touber y se sabía además el Gloria al bravo pueblo, que siempre por esas televisoras sonaba a las 5 PM, hora colombiana.
- Pero de todos modos veían en los canales nacionales series como Baretta, Barbaby Jones, Banyon, Las Calles de San Francisco, Bonanza, Enigma, Mano a mano musical, Concéntrese, El show de los Hermanos Osmond, Viaje a las estrellas, Columbo, La isla de la fantasía, El crucero del amor y mas adelante El Show de Jimmy, Baila de Rumba de Alfonso Lizarazo (Que grabaron una vez en el Rancho Villaluz) y Midnight Special con el Chupo Plata.
- Por supuesto hay otros elementos más universales como el cabello largo, los zapatos de plataforma, los enormes cinturones con vistosas chapas de metal, los pantalones de terlenka y bota campana, que durante algún tiempo llegamos a usar.
Entonces no hay duda y me dan la razón…
Por una parte, también son protagonistas de esas maravillosas épocas y por otra, en silencio muy de acuerdo conmigo, seguro que lo aceptan: Nos estamos poniendo viejos…

sábado, 11 de abril de 2009

CM& y Cúcuta

El espacio para grandes y especiales informes sobre las principales ciudades colombianas, que realiza el noticiero CM&, dirigido por Yamit Amat, le tocó en Semana Santa a la ciudad de Cúcuta.

Pues bien y hablando claro, en lo personal y es mi opinión, tales informes pudieron ser mejores a la hora de mostrar la verdadera dimensión de la capital nortesantandereana.

No quiero decir con esto que la realización fué mala, no, todo lo contrario, excelente y con un buen periodista como lo es Mauricio Gómez al frente de la misma.

Lo que pasa es que no quedo conforme como al final se presenta la realidad de la ciudad dándole lente de aumento a los temas complicados o negativos y minimizando, a veces con algo de irrespeto, lo que es y proyecta la ciudad.

Si bien sabemos que no todo es color dorado y tiene sabor a miel, por lo menos y esto va para quienes manejan las riendas del poder político, económico y social de la localidad, hay que seleccionar de manera urgente otras alternativas de promoción y asesorar con más tino a quienes vienen de otros lugares con el ánimo de preparar informes sobre nuestra ciudad.

No se si recuerdan cuando el Cúcuta en La Libertadores, ese tema de socializar mejor la ciudad a pesar de la primiparada, logró un enfoque apropiado, que dejó más rendimientos que deudas a la hora de clasificar resultados para la urbe fronteriza.

Ahora, si bien es cierto que la ciudad tiene numerosos problemas, no los promocionemos más, trabajemos en buscar soluciones y mejoremos el entorno, pues Cúcuta tiene todas las posibilidades de ser competitiva, moderna, progresista y muy seguramente en algún momento, será modelo a seguir.

Pero por el momento CM&, Yamid y Mauricio Gómez, por lo menos para mi, quedaron en deuda con esta ciudad de pioneros y no de pimpineros, que aunque bastantes hay en la calle, no representan la idiosincracia del verdadero cucuteño.

1875 - 2021 INCERTIDUMBRES

Aquel día 18 de mayo de 1875 todo quedó en escombros en solo unos cuantos segundos, de ahí en adelante las lágrimas, el desespero, la angust...