Nuestro dilecto amigo, nortesantandereano a más no poder, ING. SEGUNDO ANTONIO GONZALEZ CARDENAS, preocupado por los grandes temas, que afectan positivamente o no a toda nuestra querida patria, hoy nos muestra en su juicioso análisis una serie de verdades que invitan a la reflexión.
Vale la pena su lectura y también compartir esas palabras nacidas de su pensamiento sensato y de avanzada, por eso hemos decidido también dejarlas en esta página de fácil acceso para todos.
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| INg. SEGUNDO ANTONIO GONZALEZ CARDENAS |
No
hay nada igual como, vivir en paz, en armonía,
respetándonos, reconociéndonos, aceptándonos tal como somos, diferentes,
compartiendo el pensamiento ó divergiendo de él, pero complementándonos para
hacer de la vida y de todo lo que emprendamos
el mejor escenario para la Sociedad, su Comunidad, sus individuos, con
todos los beneficios que de ello se derivan. El Estado nos provee las normas,
las reglas dentro de una
Institucionalidad, al cual debemos acatar y si es necesario cambiar, utilizar
los marcos que la ley señala, todo dentro de los conceptos de democracia y
representatividad que tienen los ciudadanos. Así que, No es a cualquier precio
que se hacen los procesos para lograr la Paz, cuando ésta está subvertida.
Si
Colombia ha emprendido una negociación de Paz con el mayor Grupo subversivo,
que durante las últimas, casi seis décadas de existencia, ha venido combatiendo
el Establecimiento ó al Estado Colombiano, es porque los colombianos nos hemos
cansado de vivir en guerra, con miedo, sin poder trabajar tranquilos, sin poder
garantizar un futuro feliz para nuestros hijos y por ello la queremos, incluso
estos Grupos también de colombianos, manifiestan que desean la Paz y lo
utilizan como bandera.
Hoy,
en mi modesta opinión, es un momento oportuno para hablar de Paz y de concretarla. Se dice que Colombia está en una
gran dinámica económica, que está emergiendo como un país en desarrollo, con
abundantes recursos naturales, mineros, tierras fértiles que la hacen atractiva
incluso como una despensa de alimentos para el mundo y con un recurso humano
excelente, eso es cierto. Pero es cierto también, la mayoría de los colombianos
no se benefician de estas bondades, por ello, se hace necesario crear las
condiciones para la inclusión Social y
la participación de todos en las decisiones que debemos tomar de hacer
un mejor país. Es decir, debemos construir una mejor democracia, motivo
suficiente para que la Paz no sea esquiva, así hayamos tenido los problemas más
graves durante las décadas de violencia.
Las
cifras de muertes de colombianos, soldados, campesinos, guerrilleros, hombres,
mujeres y niños son muy altas (más de 35000 personas han muerto por el
conflicto), para ignorarlas. Las cifras de desplazamientos humanos (mayor a un
millón de personas) por la guerra,
porque les quitan sus tierras, por amenazas, por no apoyar a uno u otro grupo,
han causado un enorme problema social en nuestros campos y zonas urbanas,
aumentado esta problemática social en todo el territorio Nacional. Es una de
las causas del desempleo más altas, de la violencia en las calles de las
ciudades, del narcotráfico y del consumo de drogas. El problema de la guerra
impide que los colombianos podamos tener mejores oportunidades, no nos deja
avanzar y lo que es verdad, favorece solo a los grandes fabricantes de armas, a
personas que viven de la guerra, a los enemigos de la Paz, a los especuladores,
a la corrupción pública y privada y a que impere el desorden.
Por
estas razones y muchas más, es que para hacer la Paz, es necesario que las FARC
reconozca nuestra actual Constitución Política, tener verdadera voluntad de
reconocer los errores cometidos, reconocer que se ha vivido del secuestro, que
se ha vivido del narcotráfico, que se tienen secuestrados en la actualidad, que
existe un Estado de derecho, así no les guste, pues nunca será posible en una
negociación en nuestro país, que se cambie el actual Estado por un estado de
talla totalitario, como es el talante demostrado por este Grupo. La generosidad
de los colombianos entenderá estas confesiones de las FARC, necesarias en el
proceso, es decir se requiere la verdad.
Los
colombianos apoyamos en la gran mayoría esta negociación que se viene
adelantando en La Habana, Cuba, con las consecuencias necesarias, de
reconocimiento y reparación a las víctimas, con el pago de penas por los
delitos cometidos por miembros de las FARC, "así estas sean sanciones
creadas por la llamada justicia Transicional", con la restauración de las
tierras a sus propietarios legítimos, en otras palabras, sometiéndose a la justicia
y a las leyes colombianas.
Nadie
puede estar en contra de hacer la paz, incluso teniendo contradictores a la
forma como se logre. Si se logra, debe hacerse dentro de las leyes y esta debe
ser permanente, en un acuerdo de trabajo de todos por la superación de nuestros
problemas de empleo, de la salud, de tener una educación de calidad y con el
cubrimiento a la población en edad de educarse, con responsabilidad, colocando
el crecimiento económico para beneficio de la población, a eso es que hay que apostarle
en la mesa de negociación, trabajar por la sociedad.
Es muy importante impulsar modelos políticos y económicos
nuevos sustentables, teniendo la
inclusión y la erradicación de la pobreza como los objetivos fundamentales.
Para esto no caben las mezquindades, ni los personalismos, ni debemos seguir
odiándonos, ni imponiendo los intereses individuales por encima del interés
general, es un acuerdo de buena voluntad.
Debemos creerle a las FARC, que desean la paz e igual al gobierno
nacional y a los colombianos, que todos la deseamos. La confianza mutua y su
demostración son esenciales para que este proceso siga adelante. Debemos
oírnos, ser honrados, obrar sin egoísmos, esto es importante.
Insistir
en salidas imposibles como el exterminio por parte del Estado ó de tomarse el
poder por las armas por parte de la Guerrilla, solo nos conduce a acrecentar el
conflicto y el pueblo seguirá siendo la víctima. Debemos entonces oírnos en
esta mesa, así sea sin cese al fuego, tiene probabilidades de llegarse a acuerdos,
pero si no, volveríamos al mismo nivel que se tenía en 2010. Sin embargo
debemos esperar que salgan las formulas que nos conduzcan a la resolución de
este problema, con el resultado de un nuevo país que nos una y nos impulse
hacia adelante.
Segundo
Antonio González C.
Chinácota,
abril 14 de 2013.
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