martes, 25 de junio de 2013

EL CATATUMBO EN LLAMAS



Esta amada tierra, hermosa y enigmática, llena de riquezas, repleta de problemas, acude otra vez a las primeras páginas, como siempre con noticias tristes y de repente trágicas.



Se oye el clamor de sus habitantes, suenan la sirenas de las ambulancias, el aire se cunde del olor acre de los gases y el tintineo de las piedras sobre tanquetas, cascos y escudos forman un concierto de tristes notas, matizado por los coros que llaman a la solidaridad y exigen justicia social.



Un niño llora a deshoras, una viejecita sentada en un desvencijado taburete dice y repite que ya no tiene nada, en la radio hablan de más reuniones en la capital, un uniformado con su cálida coraza antidisturbios calma su sed con una pola y tan de malas que lo graban.



Luego, al otro día, por la mañana, el gobernador de turno dice que es el olvido de treinta años, yo pienso que no, que el está equivocado y que no es la salida más sensata para tratar de salvar responsabilidades.




No, el olvido es de toda la vida, desde cuando alguien se dio cuenta que en esa tierra, además del fastuoso faro, había petróleo, carbón, oro, gas, tierras fértiles muy fértiles, inclusive para las mejores cosechas de coca en el país.



También ecosistemas únicos, con especies de flora y fauna, inexistentes en otros lugares del planeta y muchas de ellas con propiedades, dicen, de esas que son perseguidas a toda tarifa por las multinacionales.



Ahora también salen con el cuento del uranio, el coltán y los diamantes, que ya son explotados y exportados, eso dicen, los que riegan estos tipcitos en las refriegas o los apuntan en las redes sociales.






Si gobernador, no son treinta años de olvido, es un olvido de toda la vida, que lo digan los Motilones, los verdaderos dueños de esos parajes, pero dónde están, no se han visto, no se han dejado escuchar.



Por allá en los 40, 50 y 60’s, la época dorada del oro negro – queda extraña esta acotación – todos vivían con la sonrisa de oreja a oreja, había trabajo, había estabilidad, había recursos, había esperanza, pero todo con el tiempo se fue, se perdió, solo subsistieron las historias y los tantos recuerdos en los anaqueles de la memoria.



De aquellos años quedaron las carreteritas, que luego hicieron metamorfosis a trochas, quedaron los puentecitos hechos con tubos de las petroleras y vaya, si aún resisten el paso del olvido, la ineficiencia y todos los males.



El único nuevo por esos contornos es el de Campo Dos, volado hace algunos años, pero este prestado por Chávez, que vergüenza ni siquiera lo querían armar y de un nuevo diseño y menos de construcción, de eso nadie habla o no les da la gana hablar.



Si gobernador, muchos de esos campesinos tienen razón, otros no tanto, pero es que todos los políticos y luego administradores han llenado de promesas que jamás cumplieron a todas esas comunidades, se jactan y se llenan cuando hablan de documentos Conpes y otros por el estilo, pero que se quedan ahí, como siempre, en arrume de papeles.



El Catatumbo, hace parte de la identidad nortesantandereana, es la región a la cual debemos dar todas las miradas, es la tierra que debemos consentir como si fuera la novia más querida para acabar con toda esa vida de total olvido.



Y en ese proceso, todos tenemos algo que ver, necesitamos líderes que abran puertas, que no prometan, que hagan, que cumplan con lo que es inherente a su escogencia como representantes del pueblo.



Por eso y por muchas otras razones, la escogencia en los siguientes debates debe ser lógica, que de pronto raye en la perfección, no importa si es de centro o cualquier extremo o de diferente color.



Lo importante es que sientan de verdad estas tierras como suyas y no se obnubilen por el poder y las posibilidades que el mismo otorga, cuando cada uno en su palecete, bien acomodado en su mullido sillón, se quiera sentir como pequeño faraón.





El Catatumbo, como todo Norte de Santander, es la tierra de las grandes posibilidades, que durante mucho tiempo sus inútiles administradores, no hayan hecho nada, es la respuesta a todo esto que se ve en la actualidad.



Pero aún hay caminos, hay opciones, hay que plantar de nuevo esperanzas, hay que mirar como dar un giro de 180º a todo lo que allí se hace, se piensa, se sueña o se siembra.



De esa manera llegará el progreso, el empleo, el desarrollo, la calidad de vida, la estabilidad, la sonrisa de nuevo a los rostros curtidos por las angustias y el desespero ante el incierto futuro, para no volver a llenar las primeras páginas con titulares como :
 "EL CATATUMBO EN LLAMAS."

miércoles, 19 de junio de 2013

SAN JOSE DE CÚCUTA: 280 AÑOS DE HISTORIA

Nuestro buen amigo Ing. SEGUNDO ANTONIO GONZÁLEZ CÁRDENAS, con motivo del reciente cumpleaños de la capital nortesantandereana, escribió una nota muy especial en la cual apunta ideas y temas de gran significación para las generaciones actuales. Por tal razón y queriendo hacer más universal la misma la comparto en esta página, esperando que su lectura genere analisis y probablemente posiciones, ideas nuevas, que sirvan como complemento al pensamiento  que allí se plasma, sobre todo para la búsqueda de esos nuevos caminos de nuestra urbe y región.

Hoy 17 de junio de 2013 se cumplen 280 años de vida de nuestra bella ciudad capital, el cual debemos recordar con orgullo y sano regionalismo, por ser nuestra ciudad cuna de grandes eventos históricos que impactaron a Colombia y por ser la ciudad fronteriza de mayor población, mayor comercio y tener una Zona Metropolitana de un potencial de desarrollo industrial, urbano, comercial y turístico, si así lo trabajamos, de grandes proporciones y beneficio para el departamento N de S.
 
Hoy debemos recordar  los ciudadanos de esta tierra, hechos como El Congreso de Cúcuta que tuvo lugar el 30 de agosto de 1821, en Villa del Rosario, cuyo objetivo sobresaliente fue unificar los tres países Colombia, Venezuela y Ecuador en una sola nación que se denominó "La República de Colombia", ratificado mediante la Constitución de Cúcuta, sueño de Bolívar y Santander y de la cual fueron su primer Presidente y Vicepresidente respectivamente. Gran sueño pero también gran frustración posterior, con su disolución en la Convención de Ocaña del 9 de abril de 1828, cuando en un intento por reformar la Constitución de Cúcuta, la polarización de los Bolivarianos y Santanderistas, los primeros con sus ideas de centralizar el poder y los segundo de conformar un Estado Federal, hicieron que esta Convención fuera un fracaso y terminara el gran proyecto de nación, concebida originalmente y que hoy en pleno siglo 21, estos tres países tengan proyectos políticos y económicos muy diferentes y se batan en una relación  entre sí, de penas y alegrías, menos de unión ni de trabajo en Bloque, lo cual debiera ser, si consideramos su situación geográfica y logística privilegiada, en el entorno continental de América.

Hay muchas más cosas que nos hace sentir orgullosos de nuestra gran ciudad y tierra Norte santandereana, como que allí fue la inauguración de la aviación comercial en Colombia y fue precisamente un norte santanereano, quien por primera vez voló un avión en 1919. Además tenemos el mejor basquetbol del país y nuestro glorioso Cúcuta Deportivo, convocante de una de las aficiones más leales.

Por Ordenanza No. 40 de enero 3 de 1991 y expedido el Decreto No.000508 el 3 de julio del mismo año, fue creada el "Área Metropolitana de Cúcuta", la cual la integran los municipios de Cúcuta, Villa del rosario, Los Patios, El Zulia, Puerto Santander y San Cayetano. Este hecho de suma importancia, estaba respaldado por una zona rica en agua, carbón, tierras ganaderas y agrícolas, un paisaje atractivo para el desarrollo urbano y una frontera, la más activa del país, propia para el desarrollo comercial, turístico y empresarial. Cuando recorremos la campiña y este espacio privilegiado del Área Metropolitana, sentimos que nuestro futuro debe estar ahí, seguro y dándonos oportunidades.

Mal haríamos  no fortalecer esta UNIÓN que ha sido forjada históricamente en torno a nuestra Ciudad capital. Su crecimiento ha sido construido desde su Fundación, al donar las tierras Doña Juana Rangel de Cuellar, para que allí se dieran las condiciones de una gran ciudad. Cuando Don Juan Atalaya, comerciante Español ya radicado en Cúcuta desde  1835, donó al municipio el 21 de septiembre de 1850, cuatro estancias para que fueran propiedad del Cabildo, pensó que este acto generoso sería importante para el futuro crecimiento de la ciudad. Es así, que la expansión de Cúcuta hacia estas tierras formando los barrios de la actualidad, llevan su nombre.

No solo los Cucuteños, sino todos los norte santandereanos debemos y estamos obligados a fortalecer a nuestra capital. A ella convergemos en nuestra identidad y con ella es que debemos fortalecer nuestro propio desarrollo de regiones. La capital es el centro Administrativo, es el foco del comercio del interior del dpto. y la mayor concentración humana para atender. No es buena idea, dividir la ciudad en entes territoriales separados con el argumento de que cada región que se crea, focaliza mayores recursos. Es al contrario, fortalecer las ciudades, fortalecer las grandes concentraciones humanas, bien organizadas, dotadas de todos los servicios, generando un sector empresarial pujante, es que construimos mayor riqueza.

Los norte santandereanos, debemos pensar en grande y generar una visión de desarrollo que nos lleve a una mayor integración de nuestros municipios, en una verdadera articulación con nuestra capital y con las grandes troncales de carreteras que los comuniquen con la Costa Atlántica y con el interior del país, hacia todos los puntos de la geografía nacional. Es por ello que debemos integrar mejor en lo departamental a los Municipios, en las ciudades y pueblos sus comunas y barrios y tener el objetivo de mayor control territorial, empoderando a Caseríos y  Corregimientos, que son los llamados a ser los futuros municipios en la geografía departamental.

Gastar tinta y papel, además de tiempo y recursos económicos, a destruir lo que ya hemos hecho a través de la historia, es darle protagonismo a lo negativo, al oportunismo politiquero y seguir negándonos a la oportunidad de enmendar los errores de no dar nosotros mismos mayor atención a nuestra tierra, a nuestras comunas y barrios, como fue el mensaje de nuestra fundadora y el generoso español,  que fue cautivado por la belleza de nuestra ciudad  y las oportunidades que encontró en ella.
Chinácota, 17 de junio de 2013.

1875 - 2021 INCERTIDUMBRES

Aquel día 18 de mayo de 1875 todo quedó en escombros en solo unos cuantos segundos, de ahí en adelante las lágrimas, el desespero, la angust...