miércoles, 17 de diciembre de 2014

LA PRIMERA PIEDRA DE GRAMALOTE



Hoy, cuando de nuevo en este diciembre retumba en la mente y el ambiente el tas tas de la pólvora, uno que otro desvencijado villancico y aumentan las quimeras de los desarraigados, creyendo que de pronto el espíritu de la navidad todo lo puede cambiar, vuelve como aluvión de nostalgias el tema de Gramalote.





Sí, de pronto para quienes ya han olvidado el tema, ese pueblito bonito de Norte de Santander, que un diciembre hace cuatro años, por esta misma fecha, acosado por la madre naturaleza, expulsó a miles de sus hijos y destruyó sueños, esperanzas y realidades.

Gramalote,  el de las torres altaneras, el del parque con la estatua de Laureano, el nido de tanta gente buena y proactiva.

Gramalote, el pueblo del café, la panela, las buenas frutas y  el cielo siempre  azul como el fluido político de muchos de sus hijos.

Gramalote, el de tantas hembras hermosas, sobre todo de ojos claros y sonrisa perturbadora.

Gramalote, el pueblito pegado a la montaña, que una madrugada, se desmoronó como la ilusión de un náufrago en medio de tormenta.

Sí, ese pueblo colmado de promesas, incluida la de “Juanpa” o “Juanma”, que ese mismo diciembre  lo dijo y lo repitió, pero que finalmente y hasta ahora, solo ha quedado como si fuera un recado en día de inocentes.

Van uno, dos, tres, cuatro años… Cuántos más pasarán ¿? Para ver en tamaño real lo que hay en las maquetas, lo que sugieren los planos, lo que financian las cuentas que engordan o se desinflan según el vaivén de los movimientos financieros ¿?

Cuántos estudios, análisis, proyecciones, observaciones, propuestas, investigaciones, sugerencias, reacomodos, licitaciones, indicaciones y etc etc…faltan para que por lo menos se ponga la primera piedra , pero la de verdad, no la de la foto y la placa con discurso e himno nacional.

Sí, porque la primera piedra, la segunda, la tercera, y mil más, que les han sacado a los gramaloteros con tantos ires y venires, con esa o esas, hasta una gran muralla, más larga que la China, con seguridad ya se habría construido.

Ansío como muchos colombianos, que por fin, muy pronto unos y otros se pongan de acuerdo, que por fin, se inicie la anhelada construcción del nuevo pueblo, que por fin, esos sueños, esperanzas e ilusiones hechas trizas una madrugada decembrina, puedan respirar un nuevo aire con olor a pueblo y bellos recuerdos, trabajando en el presente y pensando en el futuro.

Saludos amigos gramaloteros, que la navidad 2014 no sea lágrima amarga, más bien el eslabón fuerte de la cadena para amarrar con fortaleza el deseo por la realidad del nuevo pueblo.

Esperemos que no sigan sacando disculpas o “más curvas” como dicen en la calle para que la promesa de “Juanpa” o “Juanma” ¿? Hecha en los más aciagos días se transforme en verdad.

Y no nos sigan sacando más piedras, ni a ustedes los directamente damnificados, ni a nosotros, que como nortesantandereanos también nos duele y muy fuerte la tragedia de ver rodar el pueblo de las torres altaneras.

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