Ese nuevo
amanecer, esperado durante tantos años (8) brilla con luz intensa a partir de
ahora en nuestra patria.
Ya es justo
guardar en la buhardilla de los malos recuerdos todo ese intenso trajinar de
los últimos meses, donde injurias, improperios, calumnias, agravios, ultrajes,
ofensas y todo esos epítetos negativos que nuestro florido lenguaje castellano
pudo adicionar a lo vivido, sentido o compartido en la campaña presidencial.
Soy de los que
apostaron a Iván, desde el mismo momento cuando su trabajo innegable en el
senado lo hizo notorio, o sus escritos o sus intervenciones, plenas de madurez
y sapiencia, demostrando un bagaje firme y de convencimiento absoluto en el
querer ser y poder lograr.
Tuve la
oportunidad de hablar con nuestro nuevo Presidente en un par de oportunidades,
le hice entrevistas en quehacer de mi trabajo periodístico y pude comprobar en
ese momento que no había equivocado mis apreciaciones; claro, conciso, preciso,
en temas como el de nuestra región fronteriza golpeada por la deslucida, cruel
y malvada caterva de imaginarios de una infame “revolución” en el vecino y fallido estado, que hasta por
acá y no se asombren, tiene seguidores y admiradores.
No serán
fáciles los siguientes meses, pero el trabajo duro, la dirección correcta en
cada actuación, las decisiones acertadas en los momentos de verdad, permitirán
allanar un camino que se volverá claro, bien despejado, próspero y digno de
todos y para todos los colombianos, aún para aquellos que tras la roca en el
sendero acechan con sus malas intenciones.
Vamos
Colombia, el futuro es el reto hacia la cima, seremos protagonistas en la
región y el mundo entero nos va a mirar con otros ojos, los de verdad, no
aquellos enceguecidos que vislumbraron en el ayer aparentes buenas acciones
creyendo que era la panacea para esa especie de “banana republic” siglo XXI, anquilosada pero anclada fuerte en las
efímeras voces disonantes de una pequeña legión del primer anillo del “melimelum” cercano al inquilino de la
casa de Nariño.
Vamos
Colombia, con IVAN DUQUE, nuestro presidente lograremos cambiar estas páginas inciertas que nos han querido
adosar en la reciente historia, sobre todo aquellos que desde la otra orilla a
punta de indecorosas actuaciones y débiles convicciones osaron enlodar una
propuesta real.
Veo claro el
futuro en libertad, con prosperidad y seguridad, reitero no será fácil, pero
por fortuna vamos a poder trabajar para lograr y poder dejar desde el futuro
cercano un legado de paz, tranquilidad y bienestar a la presente y siguientes
generaciones.
Vamos
Colombia, ya tenemos un gran Presidente, no podemos borrar de un solo plumazo
las páginas recientes que rasgan, punzan y hieren con dolor de patria, pero las
nuevas que vamos a escribir unidos por el mejor futuro, esas sí, brillarán con
luz propia para siempre.
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